Malentendidos

Pues resulta que alguien se ha colado y yo no tenía cita para hoy.

Me he levantado pronto, he salido antes de casa para no llegar tarde por el tráfico, y porque sólo podía aparcar en el Corte Inglés porque allí puedo apuntarlo a mi tarjeta. Me ha llovido las cuatro manzanas que me ha tocado andar, pero he llegado bien de hora. Así que cuando me ha dicho la otra psicóloga que seguro que me he equivocado, que "mi" psicóloga hasta después de semana santa no vuelve al trabajo, pues me ha dado una llorera de las mías.

Con el resultado de que me hace un hueco el jueves para verme. Me ha dicho que así a lo mejor se queda sin comer, lo cual me hace sentir encima culpable, pero no me ha dejado decirle que no.

No tengo ganas de ir a trabajar hoy. Ni siquiera pensar en mi alumno veinteañero me anima. Más bien me deprime pensar que existen chavalitos tan majos, pero a los que doblo en edad.

En los momentos así me dan ganas de coger el teléfono y desahogarme chillando e insultando a Jose, o por haber aprecido en mi vida para jodérmela, o simplemente por seguir cómodamente la suya como si nada hubiera pasado.