Cal y arena

Nunca he sabido cuál de las dos cosas se supone que es la buena, pero por razones prácticas tendré en cuenta la rima: la arena es buena y la cal fatal.

El día empezó con mucha cal, con OTRO cabreo de Javi, esta vez desencadenado por mi comentario sobre que si la niña está sin pañal (fase de transición al orinal: lleva dos días nada más y hay, lógicamente, más accidentes que aciertos) sería buena idea no dejarla ni en nuestra cama ni en el sofá. No lo dije por joder, ni con mal tono. Simplemente que si se mea en el sofá, hay que llevar lo que se manche al tinte (y estar sin los trozos correspondientes unos días, además de buscar un tinte que abra en agosto, ya que el nuestro del gallego cierra hoy para vacaciones y el señor se va para su casa de piedra en Lugo), y si se mea en la cama, ya no hay solución: o dormir sobre meado o comprar colchón nuevo.

Pero claro, la cuestión no era ni la lógica ni el sentido común, y Javi ha aprovechado para decirme con ese tono de odio que nunca se sabe cuando va a salir, que a ver cuándo me voy de una puta vez y que le dejo en paz (versión resumida). Le he dicho que no me voy, que qué más quisiera yo, y que si quiere le compro su parte del piso, a lo cual ha contestado que me voy a enterar, o algo así.

Salí de casa hacia la Jefatura de Tráfico de Alcorcón casi con ganas, aunque tampoco sabía lo que me esperaba, pero allí, como la playa, todo arena. Además de aparcar cerquita, he podido pedir el duplicado del carnet robado con colas mínimas, y he podido pagar mi multa, que además de quedarse en sólo 70 euros, resulta que no acarrea pérdida de puntos. Me parece alucinante pero quién soy yo para discutir con Tráfico? Ahora a cruzar los dedos para que no lleguen más, aunque lo veo difícil.

Y más arena: en Tráfico me encuentro con una ex-alumna de XXX, así que después de resolver nuestros trámites hemos ido a tomar algo. Nos hemos despedido yo animándole para estudiar y aprobar en septiembre, y ella animándome para que me tocara otra vez en Fuenla.

He vuelto a casa (...) y justo acaban de salir las listas definitivas, y efectivamente, ya es seguro, me vuelvo a XXX y NO repito en YYY, yipi, salvo los días de rigor al principio de septiembre. Buf!!!

Y nada más. Ahora a aguantar el día en casa con alguien que quiere que me vaya de una puta vez. (Es que si me voy por allí esta tarde sola, soy mala por no llevarme a la niña, y si me llevo a la niña no sé si se cabreará igual porque hoy libra él en el curro y digo yo que querrá pasar el día con ella. No sé. Lo único seguro es que tarde o temprano, a veces predecible a veces no, la mala leche, los malos tonos y malas contestaciones los tengo garantizados)

Lo bueno (arena) de estos malos rollos es que se me quitan completamente las ganas de comer, y así a lo mejor puedo perder los kilillos que he cogido por ahí. De la felicidad, supongo.